martes, 30 de julio de 2013

Edición: Julio del 2013

Esta es la novena edición de nuestra revista. Queremos desearles muchos éxitos a los escritores que nos han enviado sus obras y que todos disfruten de estos textos.

Oficina de edición de la revista 7-12-85


 De repente
Uriel Miranda

Y es así como él empezó a metamorfosearse. Venia tarde, se iba temprano y el celular lo apagaba apenas se bajaba del auto. Se sentía un poco perseguido. Cuando ella le preguntaba cómo le había ido en el día, él titubeaba hasta emitir unas simples palabras: Bien, bastante bien.
Pero ella lo amaba, si le preparaba la cena más rica en proteínas y calorías. Tenían relaciones sexuales, pero ya no tanto como antes, si ella le insistía. Pero ella no demostraba que estaba sospechando que él estuviese saliendo con otra.
Hasta que un día él llego con un ramo de flores y una caja de bombones, y ella no estaba.
Desde entonces él se llama infidelidad y ella... y ella se llama soledad.


La caja de plata
Daniel Ospina
                                
Hubo una vez en un reino muy, muy lejano un rey que  tenía tres hijos, gobernaba sabiamente sobre su reino y por esto era amado por sus súbditos.
Pero habitaba cerca de ese reino, un malvado brujo que atormentaba a aquellos que se acercaban demasiado a su castillo. Cada día llegaban quejas sobre cómo la gente desaparecía cerca de esos lugares. La cantidad de gente raptada por el brujo llegó a ser tal que el rey en persona acompañado de sus más valientes soldados, decidió ir a enfrentar al brujo dejando a cargo del reino a su hijo mayor. EL ejército del rey abandonó la ciudad real, casi como si fueran el sol en su recorrido por la tierra pues sus brillantes armaduras centelleaban al ser tocadas con la luz del sol. Pero no bien llegaron al territorio sombrío del brujo, toda luz se extinguió.
Pasaron los días y ni el rey ni sus tropas volvían. El hijo mayor del rey decidió ir en busca de su padre, dejando a cargo a su hermano, el mediano de los tres. Avanzó pues el mayor un buen rato completamente solo pues consideró prudente  dejar a todos  los soldados posibles en la ciudad, ya que su padre el rey se había llevado la mayoría. No pasó mucho tiempo antes de que el joven príncipe se encontrara a las puertas del terrible castillo del brujo.
La madera de la puerta era de un color marrón desgastado  y tenía un olor bastante parecido al olor del cabello quemado. Además de ella emanaba un aire frío que hizo erizar al príncipe. El príncipe sacando toda la valentía que tenía en el corazón desenvainó su espada y de una patada abrió las puertas de par en par.
Para sorpresa del príncipe, en el interior del castillo solo había muchos a árboles no más grandes que el príncipe, que rodeaban una pequeña caja de plata que tenía tres cerraduras. “Hola” grito el príncipe y una dulce voz respondió “hola, dime tu nombre y dime si aceptas las pruebas que se requieren para liberar, a aquellos que capturó el gran mago Mizlag”. El príncipe buscó por todas partes el origen de la voz pero no lo halló hasta que la voz hablo de nuevo diciendo: “Hace mucho que no veía a un príncipe por aquí”. EL príncipe se sorprendió mucho al darse cuenta, que la voz había salido de la pequeña caja de plata. Pero recordando rápidamente las palabras de la caja dijo: Soy Asthenot hijo del rey Ordhot y sí acepto los desafíos; Desde el interior de la caja la voz habló otra vez. “Te prevengo pues ya muchos lo intentaron y ni uno solo ha logrado pasar las pruebas”. A esto el príncipe Asthenot respondió: Jamás he sido vencido en combate por tanto no hay desafío que no pueda superar. Una vez que el príncipe dijo esto una luz acompañada de un viento huracanado salió de la caja llenando  el castillo. La fuerza del viento era tal que arrojó al fuerte príncipe al suelo, una vez que el viento hubo cesado la voz hablo por tercera vez diciendo: “Hay tres pruebas ocultas en el bosque que tienes al frente. El primero lo tienes ante tus ojos. Los árboles te irán abriendo camino a medida que complete los desafíos. La primer prueba consiste en lograr que una flor se mantenga erguida utilizando como ayuda una varita de madera, pero esta flor aunque puede llegar a ser hermosa, es muy rebelde y no aceptará la ayuda que le brindes”. El príncipe una vez se hubo sentado comenzó a intentar amarrar la varita de madera a la flor, pero esta solo lloraba y la lanzaba lejos, por lo que el príncipe debía traerla de regreso para intentar reanudar su trabajo. Lastimosamente el príncipe que era algo irascible al tercer intento de tratar de erguir la flor, lanzó un grito de ira y arranco la flor de cuajo. Cuando el príncipe levanto su mano para arrojar la flor al suelo, se transformó en otro frondoso árbol más de los que rodeaban la caja.
 Tiempo después, el príncipe Erehdot quien era el mediano de los tres hermanos, llegó también al castillo con tan buena suerte que al cuarto intento de erguir la flor, esta acepto la ayuda de la varita de madera, y una vez sucedió esto la flor se hizo la más hermosa que el príncipe Erehdot hubiera visto jamás pues irradiaba una luz violeta del centro de la flor. El príncipe estaba tan fascinado con la flor que no se dio cuenta de que tenía una bella  llave de bronce en la mano, la cual instintivamente metió en su bolsillo. En ese instante vio que los árboles se habían movido lo suficiente para mostrar una mesa de plata, sobre la cual descansaba un recipiente con un líquido verde en su interior. La voz hablo indicándole que debía beber del líquido verde que había en la botella sobre la mesa que acababa de aparecer frente al príncipe. No dejando terminar la explicación de la voz el príncipe agarró el frasco y vertió el contenido dentro de su boca. Como este le causó un ardor muy doloroso, el príncipe escupió el líquido y en el momento en el que el líquido toco el suelo, el príncipe se transformó en un árbol al igual que su hermano.
El menor de los príncipes Irihmot muy dolido por la desaparición de sus hermanos viajó al castillo un poco asustado, pero decidido, tanto que completó la primera prueba al igual que su hermano Erehdot, consiguiendo así la llave de bronce. Asthenot era el fuerte de los tres hermanos, Erehdot el más inteligente pero, Irihmot el más amado, de los hijos del rey; era el más perseverante de los tres. La voz explicó nuevamente la prueba diciéndole a Irihmot la parte restante de la explicación la cual era: “No importa cuánto duela, no debes escupir ese líquido. Te hará recuperar las fuerzas que perdiste con la flor. Irihmot vertió también y sin miedo el contenido del frasco en su boca sintiendo como un dolor quemante la llenaba por completo. Tan grande fue su dolor que casi escupió también ese líquido. Soportó,  soportó y soporto el dolor, cuando estaba a punto de escupir el líquido definitivamente, este se hizo dulce y llenó de energía todo el cuerpo del príncipe.
El príncipe se dio cuenta de que mágicamente tenía dos llaves una de bronce de la prueba de la flor y otra de plata que consiguió al tragarse aquel líquido. Pero también se dio cuenta de que tenía mucha hambre. En esto pensaba el príncipe cuando un aroma dulce llegó a su nariz, corrió locamente detrás del olor y este lo condujo a un pastel servido sobre una mesa de oro cerca a la puerta principal, que tenía una pequeña nota que decía: “por tres días come solo las hojas de los árboles y por tres noche no comas nada, en la mañana sabrás que hacer”.
El príncipe obedeció los primeros días con sus noches, pero al llegar la noche del último día el príncipe sentía como el fragante pastel lo llamaba. Pero el príncipe hizo tan grandes esfuerzos, que se mantuvo alejado del pastel hasta que llegó la mañana del cuarto día. Cuando Irihmot se dio cuenta que el paste había desaparecido y en su lugar estaba una llave de oro, el agotado y hambriento príncipe tomo la última llave terminando así las pruebas. Tomando cada una de las llaves con gran entusiasmo las introdujo en sus respectivas cerraduras y abrió la caja de plata.
Cuando la caja se abrió todos los árboles que se encontraban alrededor de Irihmot se transformaron en hombres y mujeres que antes habían sido habitantes del castillo o gente que había tratado de romper el hechizo. Estos aplaudían el triunfo de Irihmot entre ellos su padre y sus hermanos. Irihmot muy contento los abrazó y besó lo más que pudo y tan atento estaba a lo que sus hermanos y su padre tenían para contarle que no noto la presencia de una hermosa princesa que estaba parada a su lado. Ella le dijo. “Mi padre el rey de estas tierras, enfrentó al malvado brujo hace tiempo, pereciendo en el intento, pero dejando al brujo herido de gravedad. La herida le molestó durante los años que reino sobre el país ocultándolo del mundo exterior para que  nadie le quitara la corona. Que finalmente  lo mató. Aunque el brujo estaba muerto, el hechizo solo podía romperlo aquel que pasara las pruebas”.

La hermosura de la princesa era tal que Irihmot le pidió que se casara con él, ella acepto, y vivieron muy felices hasta el fin de sus días conservando una relación muy buena con el rey del país vecino Ordhot el padre de Irihmot. Aún hoy se conserva la caja de plata en el museo del país, como testimonio imborrable de que Irihmot era el rey más sabio que hubo alguna vez.


Primer día de escuela
   Carlos A. Duarte

Cuando cumplí cinco ciclos mi precursor, V435, me llevó a la Curia de Instrucción. Algo desconcertado, me deslicé en el recinto iniciático. Un nanociclo después, una luz apocada iluminó la esfera y dejé de ser un observador externo para fundirme con la escena.
Primero fue la génesis de un sistema solar. Luego recreé, a través de seis cámaras, el surgimiento de estructuras carbonadas y su evolución en organismos unicelulares, que a su vez mutaron y se diversificaron en seres multicelulares. Recorrí en microciclos la epopeya de millones de años.
En la séptima cámara fui Cromagnon, domé el fuego, el palo y la piedra. Comí carne. Mi cerebro floreció. Las señas dieron paso a los sonidos articulados. Trascendí las fronteras biológicas. Fui Nabuconodosor, Buda, Heródoto, Calígula, Lady Godiva, Colón, Newton, Jack el Destripador, Gandhi; volé en el Enola Gay, fui Lennon, Reagan, Carl Sagan; Armando Fallas y Mulah el Hadid. Me sentí cada vez más poderoso y más frágil.
Todo colapsaba. Catástrofes y guerras; degradación. Pedimos ayuda y las IA crearon IA-Tierra8. Simbionte de todas las IA del planeta, procesó el Conocimiento y concluyó que el homo sapiens no tenía sino una salida: Trascender en una especie que conjugara la individualidad con la conciencia arraigada de ser fruto y parte indisoluble del multiverso: homovirtualis.
Terminada la sesión reorganicé mis quarks y mis leptones hasta adquirir una apariencia feliz y me escurrí fuera de la Curia. Emocionado me cuasidimensioné con V435.



Soledad
Luis Felipe Lengua Mendoza

La noche es más larga que hace un mes, tal vez por las heladas, tal vez por la música, nada tienen ya las calles que envidiarle a los blancos Alpes o las frías cordilleras solo su fama, o tal vez su tamaño, no lo sé nunca lo he pensado, ni creí pensar en esto, en la casa envuelta en rojo, en las botellas de vino en el piso, sangrando sin medida, manchando el piso que tanto limpiabas, con el mismo empeño con el que me querías, deplorable.
Los vecinos ya no saben qué hacer, ya ni la escoba se escucha en nuestro piso, deben estar asustados de ya no escuchar alguna pequeña trifulca, algunos pequeños gritos, la vos de ozzy o el batir de los resortes de la cama, ya ni eso se escucha, la vida pierde sentido sin tus quejas, sin tus reclamos, sin tu constante hipocresía, sin tu vida se acaba la mia. 

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